Y ahí estaba él, parado al comienzo de ese gran corredor... cansado y agitado debido al apuro con el que había llegado. Sus temblorosas manos sostenían la desesperación que su corazón derramaba. Sus ojos, empapados de dolor, no dejaban de buscar su rostro. Espectros de blanco lo miraban con indiferencia, como riéndose a escondidas al ver como su corazón se resquebrajaba más a cada segundo… mientras el ensordecedor silencio del lugar, junto con los parpadeantes tubos de luz, mutilaban los vestigios de su vida.
Perdido en aquella solitaria noche no podía dejar de pensar en todo aquello que no dijo, en todo aquello que se guardo para decir algún día... algún día que hoy podría perderse en la eternidad del tiempo para nunca mas existir.
Recordó aquel momento en el parque cuando él le dio un beso en la frente para sanar aquel golpe contra el tobogán o como lo abrazó con todas sus fuerzas cuando le dijo que se casaba. Recordó cuando le enseño a jugar la fútbol y de cómo se dejaba ganar para verlo sonreír. Recordó cuando lo llevaba a la escuela de la mano y de cómo se reía cuando el quería soltarse para que no lo vean sus compañeritos de clase... y, por sobretodo, recordó como lloró aquella noche en que su esposa falleció producto de un accidente del cual no había hecho mas que parase en el cordón de la vereda para cruzar la calle.
Hoy todo perdía sentido. Aquel puesto de vicepresidente por el que estaba peleando, aquel diploma que hoy colgaba en la pared de su oficina... aquella reunión que lo mantuvo fuera de su casa la navidad anterior. Hoy su dolor cubría por completo su desgarrado mundo mientras la señora que colgaba de la pared le pedía silencio por quienes estaban ahí.
Recordó cuanto se emociono cuando trajo su primera novia a casa y de cómo los abrazó a ambos mientras lagrimas de felicidad corrían por sus mejillas. Recordó cuando le regaló aquel perrito que lo acompañaría toda su infancia y de cómo pasaron todo el día eligiendo un nombre. Recordó cuando se quedaron hablando de ese tema a la luz del fuego un frío día de invierno... Recordó, también, que hacia años que no lo veía mientras su memoria destrozaba su alma al solo pensar que hoy podría escribirse el fin de esa relación.
Ya habían pasado varias horas desde que había llegado... de pronto el sonido de las puertas lo hace recobrar la atención en aquella realidad de la cual parecía esconderse entre las lagrimas y el tabaco. Sus rostros, cubiertos por la mascarilla, predecían lo que aquellos guantes manchados en sangre promulgaban. Tembloroso y con el alma entre sus manos se acerco a hablar con ellos pero sus esperanzan se desvanecieron en el aire cuando escucho las palabras... "lo siento mucho caballero pero no había nada que pudiéramos hacer..." Sus piernas se vencieron haciendo que caiga arrodillado en el frío piso de aquel purgatorio terrenal. Sus llantos resquebrajaban el silencio que allí reinaba mientras las luces del corredor tintineaban al unísono... hasta que muchas terminaron por apagarse, como si no quisieran presenciar el sufrimiento que agobiaba su alma...
Porque ahora.. ahora nunca más podría decirle a su viejo cuanto lo amaba...
Postedo a las 15:51 del jueves, 14 de agosto de 2008