Filosofias

Filosofias

Hace muchos años atrás recuerdo que era incapaz de distinguir entre la hipocresía y la sinceridad, entre la avaricia y la necesidad, entre la mentira y la verdad... porque en aquellos días todo era sincero ante mis ojos, todo era necesario... todo era verdad... Con el paso del tiempo me fui dando cuenta que no todo era como te lo pintaban, que hay "hombres" que a veces se inventan una realidad alternativa según su conveniencia... y que a eso se lo llama "Mentir". Luego aprendí que hay gente que siente una cosa y transmite otra y que a esas personas se les llamaba "Hipócritas".

Con el tiempo fui comprendiendo la diferencia, quizás porque sin darme cuenta estaba expuesto a ellas día a día. Notaba como muchas de las personas que me rodeaban conocían muy bien la diferencia. Sentí que para vivir aquí tendría que aprender a "Mentir", a decir cosas que no eran verdad para poder ganarme un lugar en el mundo.

Me esforcé como nadie para poder lograrlo, quería ser respetado, quería que me admiraran, quería que la gente me tuviese envidia. Pero para ello tendría que aprender a ser un Hipócrita y un mentiroso. Varias veces me pregunte porque? Porque la gente no me admiraba tal y como era si siempre había dicho la verdad, si siempre había sido sincero, si nunca había mentido... pero nunca llegue a armar una respuesta convincente.

Comencé practicando con pequeñas cosas. Mentía cuando decía que había tomado toda la sopa, que con mucho cariño mi madre había hecho para mí. Mentía cuando decía que había tomado todo el desayuno, que con tanto amor mi viejo me había preparado. Mentía cuando les decía que ya había hecho todas mis tareas cuanto había hecho solo una parte y dejado la otra para copiársela a alguno de mis compañeros. Con el tiempo mis habilidades fueron creciendo. Comencé a mentir cuando decía que me gustaba ir al dentista, que me gustaba ir al médico. La gente adulta me admiraba "tan chiquito y tan valiente", los de mi edad me veneraban "no siente dolor!".

Los años habían pasado y me di cuenta que en este mundo mentir se había hecho parte de la vida de todos. Descubrí que habían "mentiritas piadosas" que si bien no son otra cosa más que una vil mentira, eran bien vistas entre la gente... son mentiras para no "lastimar" a los demás. Lo que nunca entendí de ellas es para que existían? Si no querías lastimar a los demás porque hacer lo que no debes? para luego tener que inventar una mentirita piadosa? Definitivamente no tenía mucho sentido.

Descubrí que las mentiras tenían grados: las mentiras de los adultos eran mucho más graves que la de los niños. Descubrí que familias enteras se rompían por las mentiras, que mucha gente sufría y que otros tantos morían por creer en cosas que no son ciertas. Me entere que la TV miente (y mucho), me entere que las maestras mienten, que los profesores mienten, que los jefes mienten pero que sobre todo los amigos mienten. También descubrí que los que más mentían eran unas personas que ganaban mucho y que eran algo así como los jefes de los países (los grandes los llaman políticos).

Los años siguieron pasando y veía como mis amigos, ya adolescentes, también habían aprendido a mentir. Veía como les decían a sus novias que las amaban frente a todos cuando yo sabía que no era cierto. Que estaban con alguien hoy y con otra mañana (o con las dos a la vez). Para ese momento ya me estaba resultando algo odioso esto de ser un Mentiroso. Estaba cansado de no decir .

Un buen día me levante y decidí que esto de mentir me había colmando, que no quería vivir de esta manera: engañando a todos los que quería... engañándome incluso a mi mismo! Decidí que a partir de hoy iba a decir la verdad no importaba cuan fea ésta fuese. Creía fervientemente que era la mejor manera de vivir y que no hay mentira, por más pequeña que esta sea, mejor que la verdad en su más puro sentido.

Recuerdo que al principio fue muy duro. Muchos "amigos" habían dejado de darse conmigo por mi nueva filosofía. Que muchas chicas que me parecían interesantes, habían empezado a alejarse de mi. Comencé a sentirme muy triste y solo, entendí que no se podía vivir en este mundo si no se mentía, pero de igual manera me mantuve firme. A donde fuese, escuchaba mentiras: "Ud. Necesita estos championes", "usted no puede vivir sin esta remera..." pero los que más me dolían eran los falsos "te quiero".

Estuve mucho tiempo solo, rodeado por la tristeza y la soledad. Hasta que descubrí, casi sin querer, que había otra gente que pensaba como yo, pero que eran muy pocos y muy difíciles de encontrar. Hice cuanto pude por encontrarlos, solo quería charlar con ellos, saber cómo les estaba yendo con su tarea, como habían podido lidiar con la vida tomando tal postura. A medida que el tiempo pasaba me di cuenta que era más difícil de lo que me imagine y que mi búsqueda (ya durante años) debía llegar a su final.



Posteado a las 14:34 del lunes, 22 de diciembre de 2008