reflejos1

Reflejos (I)

El agua caía apacible y uniforme mientras ella controlaba la temperatura hundiendo la primera falange de sus dedos y dibujando un círculo imperfecto sobre la fresca superficie del agua. Un suave aroma, similar a talco de bebe, cubría la las baldosillas de la habitación dejando al descubierto una presencia etérea y sutil. Un radiante rayo de luz atravesaba los vidrios de la ventana formando un trapecio informe sobre el reluciente piso del baño.

Una vez llena la bañera cerro el grifo. Corrió la cortina hacia su izquierda produciendo una suave sombra sobre la bañera, luego abrió una pequeña hendija en la ventana por la cual entraba una suave brisa primaveral mientras suspiraba al oír el cantar de los gorriones del parque. Exhalo todo el aire que sus pulmones habían contenido y dejo caer su vestido al suelo. Se miro al espejo por un segundo. Primero su cuerpo y luego su propio rostro. En este ultimo se detuvo un buen rato mientras el sonido de las ultimas gotas estrellándose sobre la tensión superficial del agua pintaban de notas negras el pentagrama de sus ojos. Algo parecía no estar bien, o al menos no en su lugar... pero sin saber exactamente qué, tomo el jabón del lavamanos y sin quitar la vista del reflejo de sus propios ojos lo lanzo a la bañera.

Lentamente se fue introduciendo al agua. Primero su pierna izquierda luego la derecha... luego todo su cuerpo. La temperatura del agua era ideal. Hundió sus manos bajo el agua y formo un hueco el cual llenó de agua. Lo miro un instante y lo vertió sobre su pecho. Mientras se enjuagaba su vista se volvió a cruzar con el espejo. Era como si esa pequeña falsa ventana la llamara... pero nada había ahí. Tomo el jabón de entre sus piernas y procedió a refregarlo entre sus manos. En eso el cantar de los gorriones había cesado dando lugar a un silencio similar a los que se dan en los campos de concentración antes de un ataque aéreo...

El jabón ya había producido suficiente espuma entre sus manos por lo que procedió a limpiarse la pare superior de su joven cuerpo. De pronto una fría presencia cruza la habitación susurrando algo a su oído y haciéndola girar bruscamente su cabeza hacia el espejo. En él un demacrado y reseco rostro la observaba con los ojos desmesuradamente abiertos. El color casi violeta de su fina y gastada piel junto con unos pocos blancos cabellos y unas casi negras ojeras hacían que aquella fantasmal figura llenara de terror al mismo Lucifer. Una provocativa pero a su vez tenebrosa sonrisa dejaba al descubierto una violeta y reseca encía de la cual colgaban unos pocos dientes. Pero mas aya de su tenebroso aspecto fue la expresión de su rostro la que hizo que la joven Sahara se erizara de pies a cabeza. Una expresión de deseo, locura y desesperación fueron la razón por la cual sintió que su corazón se detenía por un instante haciendo que su cuerpo no responda a las órdenes del cerebro.

Apenas cobro el sentido, pestañeo... pero en el instante que abrió los ojos aquel rostro ya no se encontraba allí...



Posteado a las 12:40 del martes, 15 de octubre de 2008