Yo soy una persona que disfruta bastante de la tranquilidad. Cosa no muy fácil de conseguir hoy en día. Sin lugar a dudas uno de los mejores lugares para desenchufarse de todo y obtener esa cuota de tranquilidad y quietud que todos necesitamos en algún momento del día, es el baño.
El baño es el principal aliado de toda persona sedienta de tranquilidad y calma. Además de efectuar en el todas nuestras necesidades básicas, nos proporciona un lugar de reflexión sin igual. ¿A dónde vamos cuando estamos sumamente estresados en el trabajo y necesitamos un momento fuera de toda esa locura? ¡Al baño! A lavarnos la cara para despertarnos, a sentarnos a fumar ese cigarrito que no nos dejan fumar en otro lado, a desahogarnos todas las rabias e injusticias de nuestros superiores o simplemente a sentarnos en el wáter a mirar el techo esperando que los minutos pasen.
El baño es sin lugar a dudas el lugar donde surgen las mejores ideas, donde cada pensamiento se pone en su lugar para darnos la visión justa de una situación. Quien no se ha llevado una guitarra y a compuesto la canción de su vida (al menos para uno). Quien no se ha puesto a escribir el mejo best seller de todos los tiempos o a ideado un plan para ser millonario (el cual por supuesto se desvanece apenas salimos de el). Sin lugar a dudas el baño es LA habitación. Si todas las habitaciones fuesen un dios griego el baño seria Zeus.
El baño es el aliado incondicional de todas nuestras aventuras. ¿Cuándo nos pasamos con el alcohol, a quien vamos a abrazar para deshacernos de todo ese OH que se ha colado en nuestro cuerpo? ¡Al wáter! ¿Y dónde está el wáter? En el baño. Cuando comemos como si mañana se fuese a terminar el mundo ¿A dónde vamos a evacuar todo lo que hemos metido de más en nuestro organismo? Si, si, en el wáter! Y a pesar de todas nuestras aberraciones y maltratos hacia él, el baño siempre nos recibe con las puertas abiertas, dispuesto a ser torturado por cualquiera de nosotros.
Los baños no distinguen entre dueños, amigos o conocidos. Tampoco distinguen religiones, razas o sociedades. Pare ellos todos somos iguales y están dispuestos a darnos una mano en todo momento. No importa quién entre en ellos, los baños enseguida ponen a nuestra disposición todas sus bondades para que nosotros las usemos a nuestra voluntad (que muchas veces pueden ser muy bizarras).
Seguramente después de leer este texto comenzaras a tratar un poco mejor a nuestro fiel amigo. Dejaras de ensuciar sus paredes con tus desechos, no le escribirás aberraciones como “Chico blanco de carne firme busca #!@?! enorme” o “Cubano desesperado busca joven de cualquier sexo para saciar necesidades” (cabe destacar que estas las he visto en las paredes de los baños de nuestra ciudad).
Solo espero que este humilde mensaje te haga reflexionar y comiences a tratarlo como se merece. Solo recuerda él está ahí para darte una mano. Úsalo pero no abuses de él.
Posteado a las 09:14 del martes, 23 de diciembre de 2008