Sentado frente al monitor de su vieja computadora comenzó a escribir sus más sinceros pensamientos. La tenue luz de su escritorio y una suave melodía de fondo, era todo lo que precisaba en ese momento. El sonido de las teclas resonaba en las distintas habitaciones de la casa mientras el humo de su te dibujaba distintas figuras que, como pequeños fantasmas, desaparecían constantemente del rabillo de su vista.
¿Porque me haces esto? pensó en silencio ¿Es que acaso no te importa lo que siento? Dijo para si mientras seguía torturándose con su lectura. Una tímida lágrima limpió el cristal de sus adoloridos ojos mientras el sonido de la púa contra el vinilo sonaba a sus espaldas. Miró a su lado buscando una respuesta, pero nadie le respondió, ni siquiera esa melancólica voz que tantas veces había sabido guiarlo en momentos como estos.
Las horas seguían pasando mientas sus dedos, poseídos por el dolor, seguían golpeando con una triste violencia las teclas de su Macintosh. ¡Mírame a los ojos y dime lo que sientes! le grito a la pantalla en un repentino ataque de furia. Pero otra vez el silencio se reía a sus espaldas mientras la oscura noche lo recogía es sus brazos como a un niño abandonado.
Perdido en sus recuerdos se paro lentamente de su silla, miro por la ventana y vio como una redonda y amarillenta luna rodeada de diminutas estrellas iluminaba la copa de los árboles más altos mientras estos danzaban suavemente al compás viento. Tomo la púa del tocadiscos y la movió hacia el centro. Una suave vos femenina comenzó a entonar una dulce pero melancólica melodía mientras el se volvía a acomodar frente al monitor.
Leyó lo que había escrito y mientras tomaba los últimos sorbos de su te cerro aquel documento. ¿Desea guardar los cambios? Mostraba su pantalla. Volvió a mirar para afuera y, mientras una gris y pequeña nube pasaba junto a la luna, pulso "No". Apago el equipo y quedo sentado solo en la oscuridad de la noche mientras la luna dibujaba el contorno de su silueta en la silla. ¿Nunca me dirás lo que piensas, no? Dijo para si mientras otra lágrima corría por su mejilla. No importa, yo siempre te querré, murmuro en vos baja mientras se acobijaba en su cama...
Posteado a las 12:40 del martes, 14 de octubre de 2008