Compa%C3%B1era-de-rutas

Compañera de rutas

Tomo su guitarra y comenzó a acariciar las cuerdas de su compañera de ruta. Miles de estrellas dibujaban en su imaginación las llamas de los encendedores de una multitud. Las primeras notas comenzaron a flotar a su alrededor mientras las llamas de la hoguera bailaban al compás de su melodía. Una desgastada pero firme voz comenzó a resonar entre los árboles.

Las horas pasaban y su único reconocimiento venia de unos perros que se habían acercado al fuego. Solo en la inmensidad de la noche cantaba alto para que nadie pudiera escucharlo. Tocaba una canción detrás de la otra, como si le temiera al silencio, mientras el humo se estiraba por tocar aquella brillante estrella en lo alto del firmamento.

Todos dormían a su alrededor, los animales, los arboles, las estrellas y hasta la noche se había dejado llevar por su dulce melodía. Una amarga melancolía se había apoderado de él.

Varias horas habían pasado desde que se había quedado dormido. El sol comenzaba a asomarse lenta y tímidamente. Los pájaros lo recibían con entusiasmo entonando sus mas bellas melodías. Al ver aquella inmensa estrella asomarse por el horizonte sonrió, tomo su guitarra y la guardo junto a los demás cachivaches que traía. Observo como los perros que lo habían acompañado toda la noche lo observaban sin moverse de su lugar. Se despidió de ellos con la vista y retomo su camino…



Posteado a las 15:06 del lunes, 22 de diciembre de 2008